Te hago esta pregunta porque he llegado a un momento en el que miro hacia atrás y veo que la relación más larga que he tenido hasta el momento es con mi profesión como diseñadora.
No la busqué, como a otras, sino que fue un amor que llegó de casualidad, como quien no quiere la cosa, pasé del enamoramiento ciego a momentos de estrés en los que “debía” hacer o ser de alguna manera para merecerlo.
Con el tiempo, el juego, las risas y el crear fueron influenciados por el contexto, por las miradas ajenas, por los deberías. Y sí, aún la elegía, pero ese amor loco del comienzo no estaba.
Llegué a querer separarme, cansada de la rutina, la monotonía y las presiones externas. Admito que no me comprometí en serio, que tal vez no me jugué de lleno por la “relación”.
De a poco empecé a incluir en mi vida otras profesiones, a ampliar mi círculo. Sin embargo, el diseño siempre estuvo allí, me acompañaba sin reclamar protagonismo.
Hoy me replanteo si quiero proyectar mi vida solo como diseñadora, hacerme cargo de esa relación para crear un vínculo desde el amor por hacer bello lo cotidiano. Mi desafío pasa por aprender a caminar y sostener mi motivación, aún cuando el afuera o los deberías se cuelen en las conversaciones que tengo con la profesión.
De allí esta declaración para el diseño: Luego de 25 años te elijo pero, esta vez, me hago cargo y me juego.
¿Cómo venís con tu relación hoy?
Abrazo